Otra ponente del Congreso Mundial de la pasta de 2015, Alessandra Luglio, una nutricionista de Brasil, nos explica que la pasta «ofrece muchas ventajas medioambientales. Con solo dos ingredientes, nos llega directamente de la naturaleza con un proceso simple». Brasil es uno de los muchos países que ha incorporado la sostenibilidad a sus  directrices dietéticas , impulsando el consumo de más alimentos de origen vegetal (como la pasta), y menos alimentos de origen animal (como la carne y los lácteos).  

 

Para subrayar aún más el vínculo entre la salud de las personas y la salud del planeta, el Reino Unido hace poco ha publicado recientemente su nueva  Eatwell Guide (Guía para comer bien)  (abajo), que hace hincapié en la elección de alimentos sostenibles como las frutas, verduras, proteínas de origen vegetal y almidones, por encima de la carne y los lácteos. Estos cambios se han debido en parte al Informe sobre los Carbohidratos y la Salud del Comité Cientí­fico Consultivo sobre Nutrición del Reino Unido   , que ha instado a Public Health England (Agencia del Departamento de Sanidad) a que revisara sus mensajes sobre alimentación saludable. 

 

El buen gusto y la comida buena para la Tierra pueden ir de la mano. En una presentación en el Congreso y Día Mundial de la Pasta de 2015, Duncan Williamson de la World Wildlife Foundation  explica  por qué la pasta tiene un «índice de sostenibilidad» tan alto. Según Williamson, los platos de pasta saludables son una manera asequible de seguir dietas más sostenibles, ya que «las formas tradicionales de alimentación son más sostenibles y menos caras».  

 

De forma similar, las nuevas recomendaciones dietéticas del gobierno neerlandés recomiendan reducir el consumo de carne al menos a la mitad por motivos de salud y medioambiente, una medida que mucho expertos en alimentación sostenible del mundo califican de «avance importante». El cambio se ilustra en la «Rueda de Cinco» neerlandesa, una herramienta visual para la alimentación saludable que promueve los alimentos de origen vegetal como la pasta.

Pero en los Estados Unidos la política se interpuso en el camino de la sostenibilidad y, a pesar de la recomendación de la Junta Científica Consultiva de incluir la sostenibilidad , no se incluyó en las Directrices Dietéticas del 2015 . Sin embargo, los consumidores no están de acuerdo. En una encuesta nacional del Johns Hopkins Center para un Futuro Habitable  se descubrió que el 74% de los americanos dice que las directrices dietéticas deberían incluir medidas de sostenibilidad, y el 92% cree que producir los alimentos de forma sostenible es una prioridad.

Cortesía del Johns Hopkins Centre por un Futuro Habitable