La escuela no debe doler
Thelma supo que algo andaba mal cuando su pequeño y feliz hijo de cuatro años comenzó a tener pesadillas, rechinar los dientes y sufrir crisis nerviosas. Finalmente se enteró de que él y otros estudiantes de su clase de educación especial regularmente eran arrastrados, obligados a sentarse en sillas y atados. Ella presentó denuncias de abuso ante los Servicios de Protección Infantil, (Child Protective Services) que concluyeron que no se produjo ningún abuso.
Asustada y frustrada, llamó a DRTx. Presentamos una queja ante la Agencia de Educación de Texas (Texas Education Agency - TEA), argumentando que la escuela no le brindó apoyo conductual y lo restringió ilegalmente. TEA halló a favor de Damian y pudimos asegurarle servicios de educación compensatoria.
“No quiero que más niños experimenten el trauma que sufrió mi hijo”, dijo Thelma. “Texas necesita hacer más para proteger a nuestros niños”. Luego trabajó con otros padres y organizaciones como DRTx para educar a los legisladores sobre este tema. Los legisladores de Texas finalmente aprobaron una ley este año para proteger a los niños pequeños de restricciones peligrosas.
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