Mensaje de Nuestro Párroco P. Aaron Pierre, S.J.
Al entrar en septiembre, muchos de nosotros estamos inmersos en la temporada de "back-to-school", un tiempo en el que los estudiantes y maestros vuelven al aula. Para nosotros, como personas de fe, esta temporada nos recuerda que somos estudiantes de por vida en la escuela de Cristo. Ser estudiante significa admitir que no tenemos todas las respuestas y estar abiertos al crecimiento. Los mejores estudiantes incluso están dispuestos a que se cuestionen sus creencias e ideas.
Las lecturas del Evangelio de este mes nos animan a repensar cómo debería funcionar el mundo a la luz del Reino de Dios. En las parábolas que encontramos en los evangelios de los domingos de septiembre, aprendemos que los caminos de Dios no son nuestros caminos. Donde podríamos esperar una estricta adherencia a los estándares humanos de justicia y recompensa, Dios nos muestra un camino diferente, uno que valora la misericordia, la generosidad y el arrepentimiento sobre la justicia rígida.
Estas parábolas nos invitan a abrazar los valores radicales del Reino de Dios, que a menudo dan vuelta a nuestras expectativas. En lugar de guardar rencor o buscar venganza, Jesús nos llama a perdonar como hemos sido perdonados. En lugar de insistir en nuestros derechos o lo que creemos que se nos debe, Jesús nos pide que nos alegremos por las bendiciones que se dan a los demás. Y en vez de confiar en palabras vacías o en las apariencias, Jesús nos anima a demostrar una obediencia genuina a través de nuestras acciones y nuestro arrepentimiento. Oremos por la gracia de abrazar nuestra identidad como estudiantes de Cristo, creciendo continuamente en nuestra comprensión y práctica de la fe, y esforcémonos por alinear nuestros corazones y vidas con los valores radicales del Reino de Dios.
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