En este mismo sentido, vemos un cambio fundamental en el mapa sindical; a las centrales tradicionales fragmentadas y buscando fortalecer sus estructuras; el surgimiento rápido del sindicalismo independiente con banderas más radicales y mecanismos más agresivos.
Y, finalmente, mayor conflictividad y presión en las revisiones salariales que al cierre de febrero del 2024, lo cual plantea claramente que la inflación dejó de ser el parámetro rector y más bien la presión de la consulta y su consecuencia de huelga están poniendo las reglas en la mesa de negociación.
Frente a este panorama, se requiere una gran transformación de las relaciones laborales, no es suficiente pensar en que esto se logra con un buen clima laboral, pues los trabajadores están expuestos a múltiples factores internos y externos que los pueden influir, poniendo en riesgo a las empresas.
Por esta razón, necesitamos concentrarnos en cuatro elementos clave para el plan estratégico laboral:
- Comunicar lo que de verdad se necesita
- Capacitar a los roles medios
- Revisiones centradas en productividad
- Prepararse para la crisis
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